La publicación express ayer en el Diario Oficial de la Federación (DOF) de un acuerdo para que México acepte los registros sanitarios de medicamentos de otros países sin haber pasado por el filtro del regulador sanitario mexicano, ya se puede interpretar como un hecho que el papel de Cofepris como vigilante de la salud de los mexicanos no tiene la menor importancia.
El acuerdo emitido por la Secretaría de Salud permite que entren a México medicamentos autorizados por las agencias sanitarias de Suiza, de la Comisión Europea, Estados Unidos, Canadá y Australia, y con ello dan por sentado que la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) deja de ser agencia de referencia, posición que le costó varios años conseguir a México.
Con dicho acuerdo se formaliza y regulariza lo que vienen haciendo desde el 2019 las actuales autoridades de importar fármacos sin registro sanitario.
Es claro que ese acuerdo, si bien lo firma la Secretaría de Salud, es más bien ordenado por las autoridades compradoras de Secretaría de Hacienda pues se están quitando de encima el “estorbo legal“ y así eliminan la resistencia de directores de hospitales y sus médicos a prescribir medicamentos fuera de la ley (lo cual ha sido, por cierto, una de las razones de la lentitud en los procedimientos para que lleguen a los pacientes los fármacos importados de emergencia).
Es evidente que el actual Gobierno no está dimensionando el paso que ese acuerdo significa.
Es algo muy delicado que nos lleva no sólo a abrir las puertas de nuestras fronteras a medicamentos de otras latitudes sin rigor propio, sino aparte sin pedir reciprocidad de los países y agencias sanitarias extranjeras que indudablemente serán beneficiadas.
Y tampoco está importando que el Gobierno de México, con tal de amolarse a la industria nacional farmacéutica, beneficie a empresas extranjeras sin pedirles todas las exigencias que sí vienen cumpliendo desde hace años las empresas con plantas instaladas en territorio nacional, las cuales hoy son muy competitivas pues logran cumplir las más elevadas exigencias sanitarias que venía requiriendo Cofepris (ahora ya no) como agencia de referencia, certificado de la Organización Panamercana de la Salud (OPS) ganado por muy contadas agencias.
La Cofepris como autoridad reguladora de fuertes industrias en México siempre había tenido cuidado de aplicar reciprocidad en cualquier medida o convenio internacional. Así por ejemplo en los acuerdos de equivalencia para reconocimiento mutuo de registros entre México y otros países, eran de mutuo beneficio para importar y exportar fármacos u otros productos de consumo humano. México ya tenía firmados acuerdos de trato recíproco con Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia, Brasil y la Unión Europea.
Ahora, todo eso se lanza a la basura, y lo que hay son muchas preguntas. ¿Será sólo para medicamentos o incluye también dispositivos médicos y otros insumos?
Dejando de lado el golpe a la industria establecida en el país, nos deja vulnerables ante la calidad de los medicamentos importados sin registro, con el consecuente riesgo sanitario para la población. Si no cumplen los estándares ya nos fregamos y cualquier reclamo tendremos que presentarlo a los reguladores de los países que los avalan.
FUENTE: EL ECONOMISTA